¿Son realmente necesarias
las bebidas deportivas?
Las bebidas deportivas han ganado
popularidad, no solo entre los atletas, sino también entre personas que buscan
mantenerse hidratadas o mejorar su rendimiento en actividades físicas. Pero,
¿son realmente necesarias o podemos obtener los mismos beneficios con opciones
más naturales? Acá te cuento los pros y contras de estos productos para que
elijas conscientemente 👇.
¿Qué contienen las
bebidas deportivas?
Las bebidas deportivas
tienen una composición específica para satisfacer las necesidades del cuerpo durante
el ejercicio intenso o prolongado. Estas bebidas se diseñaron para ayudar a
los deportistas a reponer los electrolitos, carbohidratos y líquidos que se
pierden al sudar y mantener la energía durante la actividad. A continuación, te
explico la función de cada componente y qué las diferencia de las bebidas
comunes.
-Electrolitos (Sodio y
Potasio): Al sudar, perdemos electrolitos, especialmente sodio y potasio.
Estos minerales son esenciales para mantener el equilibrio de los líquidos en
el cuerpo y asegurar el correcto funcionamiento muscular y nervioso. La falta
de sodio y potasio puede causar calambres y fatiga muscular, así que reponerlos
es clave para un buen rendimiento. Las bebidas deportivas contienen una
cantidad controlada de estos minerales para que el deportista pueda seguir entrenando
sin riesgo de deshidratación o desequilibrios.
-Carbohidratos
(Azúcares): Los carbohidratos, en forma de azúcares simples, son la fuente
de energía principal para el cuerpo durante el ejercicio intenso. Al hacer
actividad física, especialmente si es prolongada, los niveles de glucógeno
(reserva de energía en los músculos) se reducen, y es aquí donde las bebidas
deportivas ayudan. Al incluir azúcares, estas bebidas permiten una rápida
recuperación de energía, evitando la fatiga y ayudando a prolongar el
rendimiento. Este componente es uno de los aspectos que más las diferencia del
agua común, ya que el agua no aporta energía.
- Agua: las bebidas
deportivas hidratan, pero están diseñadas para reponer líquidos a un ritmo más
rápido. Además, su contenido en electrolitos ayuda a retener los líquidos mejor
que el agua sola, evitando una posible deshidratación en ejercicios de larga
duración o en condiciones de mucho calor.
Diferencias con las
Bebidas Comunes
A diferencia de las bebidas comunes,
como el agua o los refrescos, las bebidas deportivas están formuladas
específicamente para quienes realizan ejercicio intenso o prolongado. Las
bebidas comunes no contienen electrolitos ni carbohidratos en las proporciones
necesarias para reponer las pérdidas del ejercicio, por lo que no ofrecen los
mismos beneficios para la recuperación y el rendimiento en estos casos.
¿Cuándo es recomendable
consumirlas?
Para la mayoría de las personas que
realizan ejercicio moderado (correr o andar en bici menos de una hora, por
ejemplo), el agua es suficiente para mantener una buena
hidratación. En cambio, si el ejercicio es de alta intensidad o dura más de 90
minutos, especialmente en climas cálidos, las bebidas deportivas pueden ser
útiles para reponer lo perdido y evitar calambres. Sin embargo, es importante
que estos productos no se conviertan en una bebida diaria, ya que sus azúcares
y aditivos pueden tener un impacto negativo si se consumen en exceso.
Alternativas más
naturales
1. De limón
Ingredientes:
•2 tazas de agua
•1 taza de agua
•Jugo de 1 limón
•1/4 cdita de bicarbonato
•Una pizca de sal
Preparación: Mezclá todos los ingredientes en un recipiente y revuelve bien hasta que la miel se disuelva.
2. De fruta y menta
Ingredientes:
•2 tazas de agua de menta
•1 taza de jugo de naranja natural
•1/2 taza de frutillas
•1 cda de miel (opcional)
•Una pizca de sal
Preparación: Hervir el agua con un puñado de hojas de menta y luego colar y dejar enfriar. Luego mezcla el agua con el jugo de naranja y las frutillas en una licuadora. Agrega miel al gusto y una pizca de sal. Licúa hasta que esté suave y sirve bien frío.
3. De limón y jengibre
Ingredientes:
•2 tazas de agua
•Jugo de 1 limón
•1 cdita de jengibre fresco rallado
•1-2 cdas de miel (opcional)
•Una pizca de sal
Preparación: Hierve el agua y agrega el jengibre rallado. Deja reposar durante 10 minutos, luego cuela la mezcla. Agrega el jugo de limón, la miel y la sal. Revuelve bien y enfría.
